INTERACCIÓN ENTRE NIÑOS Y PERROS

BÁSICOS TIPS

(por Aguer Mauro - copyright)

Algunas de las siguientes recomendaciones pueden resultar un tanto extremas, no obstante siempre es importante mencionar posibles causas de agresión, aunque estas sean poco frecuentes:

a) Los contactos entre el niño y el perro deben resultar una experiencia grata para ambos, nunca forcemos esta situación, el niño debe estar predispuesto a entablar contacto con el ejemplar y viceversa.

b) Primeros contactos: Cuando el niño exprese deseos de acercarse al perro (el ejemplar debe presentar una actittud sumisa) podemos dar confianza al niño tomando su mano para acompañarlo en la tarea de tocar al perro por primera vez. la supervisión del adulto siempre será obligatoria.

c) Debemos enseñar al niño la manera correcta de acariciar al perro, la misma consiste en realizar movimientos suaves con nuestra mano que van desde la cabeza del ejemplar hacia la parte superior de su cuello (acariciamos y a su vez marcamos dominio sobre el ejemplar. También hay que evitar que el niño sin darse cuenta golpee o establezca un contacto no grato para el perro), también si está en una posición boca arriba podemos acariciar suavemente su vientre (algo que los perros suelen disfrutar mucho). Si todo salió a la perfección, el adulto premiará mediante caricias (reforzador positivo secundario) al perro por su comportamiento tranquilo y sumiso frente al niño.

d) Es primordial que el niño no establezca contacto con ejemplares que se encuentren enfermos o con alguna clase de dolencia o herida, dado que los mismos pueden estar muy sensibles o alterados y expresar alguna reacción agresiva.

e) No es conveniente que los niños se relacionen con hembras en celo o que estén en contacto con sus crías dado que algunas de estas pueden pasar por períodos de alta sensibilidad y expresen alguna clase de conducta agresiva, especialmente con personas que consideren inferiores en jerarquía social.

f) Si en nuestro hogar hay una hembra en celo y además contamos con un macho, tampoco resulta aconsejable que este último interactúe con el niño hasta que la hembra haya terminado de atravesar completamente dicho período fértil. Vale recordar que el macho estará sensibilizado (alta su libido, instinto reproductor) por las feromonas que desprende una hembra sexualmente receptiva.

g) La higiene es significativa, después de que el niño tenga contacto con el perro habrá que lavar muy bien sus manos. Recordemos que los niños pequeños tienden a meterse las manos en la boca y no cuentan con las defensas orgánicas que tienen las personas adultas, incluso, pueden ingerir algún parásito.

h) Dependiendo de la edad del niño, el adulto debe planificar actividades que coloquen al pequeño en una posición dominante sobre el perro, un buen ejercicio es controlar correctamente al ejemplar durante el paseo y a la hora de alimentarse. Esta clase de tareas añaden un aprendizaje de responsabilidad muy positivo para el niño.

i) Es importante tener siempre presente que los perros manejan un lenguaje de comunicación (visual, acústico, táctil, etc.) que debe ser comprendido y respetado por el humano. Para el perro las acciones del niño hacia él reflejan intensiones (positivas, neutras o negativas) a las que puede responder en consecuencia; por tanto, los adultos deben tomar medidas preventivas e instruir al niño para que siempre actúe de manera correcta con el perro:

i.1) No excitarse en demasía: si el niño está excitado (algo muchas veces dificil de regular), los perros probablemente eleven el nivel de excitación.

i.2) No realizar permanentes movimientos erráticos frente al perro: los movimientos erráticos continuos frente a un perro pueden no ser interpretados y elevarán el estrés del ejemplar, incluso, dependiendo de la situación podrían llegar a significar hostigamiento, un hecho que puede generar en el ejemplar una reacción defensiva o de huida, siendo cualquiera de estas algo negativo para la relación.

i.3) No gritar: si el niño grita constantemente puede: excitar al perro (estimula la conducta predadora del ejemplar), confundirlo o incluso atemorizarlo.

i.4) No correr: si el niño corre puede que estimule la conducta predadora del perro (representa una presa huyendo) pudiendo desencadenar incluso hasta en un contexto de juego, una mordida por parte del perro.

i.5) No hostigar a los perros: queda terminantemente prohibido para el niño jalar las orejas, cola, patas, montar a caballo, golpear, pellizcar, perseguir, acorralar o cualquier otra acción que represente alguna clase de hostigamiento para el perro.

Nota: recuerde siempre recurrir inmediatamente a un educador canino ante cualquier conducta agresiva de su perro.